Venecia, dos días por sus canales

Continuando nuestro viaje de dos semanas por Italia, previo paso por Milán, nos dirigimos a la ciudad de los canales, capital de la región de Véneto, la hermosa Venecia. Estuvimos allí recorriendo y caminando por las minúsculas calles y callejones por dos días, más que suficientes para recorrer los lugares más emblemáticos.

Viñedos en el camino a Venecia

Partimos de la estación de Milano Centrale unos quince minutos antes de la una de la tarde, el tiempo de viaje en tren desde Milán a Venecia es de poco menos de dos horas y media. Como hicimos un cambio de planes en pleno viaje, los tickets los compramos unos días antes, por lo que salieron un poco más caro de lo normal, pero no fue tanto, unos €70 por los ambos. Los sacamos de la pagina Rome2Rio, muy útil para buscar las formas más económicas de viajar de un punto a otro y en diferentes medios de transporte.

Llegamos a la estación Santa Lucía, la última del recorrido, ya que termina dentro de una de las islas de la ciudad. Como llegábamos con equipaje y a dos semanas de haber iniciado el viaje, reservamos en un hotel cercano a la estación, para no andar acarreando todo por los canales, subidos a los vaporettos, que son los medios de transporte a través de los canales y las diferentes islas. El elegido fue el Hotel Belle Epoque, de un estilo clásico, con una decoración llamativa, como ambientada en los años 20, habitaciones no muy amplias, pero con excelente decoración. El desayuno estaba incluído, bastante raro por el precio (menos de €100 las dos noches), era bien variado y completo.

Aprovechando las pocas horas de luz que quedaban, dejamos las cosas y salimos a uno de los puntos más conocidos de la ciudad, la Piazza San Marco. Llegamos, una parte mirando el mapa en el celular y otra parte siguiendo los carteles que hay en cada esquina de las pequeñas calles y pasadizos. Algunos marcan la dirección a la plaza, otros a el puente Rialto y a otros lugares, para no perderse del todo. Más allá de ir un poco guiados por el mapa interactivo, es muy recomendable caminar por esos pasajes, cruzar diferentes puentes, encontrarse de la nada con tiendas de ropa, tanto de segunda mano como firmas de las más caras y exclusivas. Con una caminata de poco más de dos kilómetros, llegamos a la plaza, que cuenta en sus alrededores con la Basílica di San Marco, la cual además de darle el nombre a la plaza, es el principal templo católico de Venecia y su construcción comenzó en el año 1067.

También se encuentran allí diferentes museos, tiendas y restaurantes. Con casi 100 metros, en una de las esquinas de la plaza, se encuentra el Campanario de San Marco, otro de los íconos de la ciudad. Bajando un poco más, hacia la cuenca de San Marco, la laguna donde termina el Gran Canal, se puede ver la isla de San Gregorio Maggiore, que cuenta con la basílica dedicada al mismo santo. Una de las mejores opciones, si se cuenta con poco tiempo, es hacer algún Tour gratuito por la ciudad. Con la tarde cayendo emprendimos el regreso al hotel, otra vez zigzagueando por las calles, pasillos y puentes sobre los canales, para finalmente comprar unos sandwiches de milanesa de pollo para cenar, extrañamente en un bar irlandés, el Irish Pub Santa Lucia, con mucha onda.

Nuestro segundo y último día completo también fue exclusivamente caminando, decidimos ir hasta uno de los puentes mas famosos, el Puente Rialtto, es el más antiguo de los cuatro que cruza el Gran Canal, terminando su construcción en el año 1591. Un detalle de este puente es que, en ambos lados de sus rampas, cuenta con tiendas que venden desde souvenirs, hasta joyas y productos de cuero. Es una de las visitas obligadas en Venecia, además de que desde allí se llega bastante directo a la Piazza San Marco.

Otro de los puentes que cruzan el Gran Canal es el Ponte degli Scalzi (Puente de los descalzos), que se encuentra casi en frente de la estación de trenes y fue inaugurado en 1934. Siguiendo por el canal más importante de la ciudad, se encuentra el Puente de la Construcción, el más nuevo, inaugurado en el año 2008 y que une la zona de la estación de trenes con Piazzale Roma, único lugar de las islas en el que ingresan tanto automóviles como buses provenientes del continente. Junto con el Puente Rialtto y el Puente dell’Accademia, son los únicos cuatro que cruzan el Gran Canal.

La tarde-noche fue para caminar por la zona entre esos dos puentes, por lugares menos turísticos pero siempre rodeados por las típicas góndolas y embarcaciones de todo tipo, utilizadas para moverse por la ciudad. Terminamos comiendo pizza de la Trattoria Bella Venezia, que estaba al lado del hotel, porciones individuales porque eran muy grandes.

Algunas embarcaciones

A la mañana siguiente, después del desayuno, salimos del hotel a las 11 de la mañana para ir a tomar nuestro tren y seguir nuestra aventura, ahora por Florencia.

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