Todo comenzó una lluviosa noche de Agosto de 2015, más precisamente la noche del 5. Situación: River campeón de la Copa Libertadores. Objetivo: Ir a Japón, ver a River en el Mundial de Clubes.
La decisión más difícil fue organizarme entre viajar con mi novia o con mis amigos. Después de ofrecerle a mi novia ir a Japón y que ella no quisiera, entonces tuve que dividir el viaje en dos. La primera parte por Londres y París con mi novia, y la segunda parte era llegar a Japón a cumplir uno de mis sueños y el de mis amigos, el de ver a River jugar allí.
Luego de organizar la primera parte e informarle a mi novia de que debía volver sola desde Londres, cosa que no le gustó mucho, me puse a la búsqueda de pasajes para llegar a Osaka, la ciudad donde River jugaría el primer partido. Las opciones más económicas eran: Londres – Moscú – Osaka, por la aerolínea Aeroflot, con una escala en Rusia de 8 horas, con lo que llegaba justo al partido. La otra era: Londres – Pekín/Beijing – Osaka, por Air China, con escala de menos de una hora y media, llegando la noche anterior al partido, por lo que decidí optar por esta opción. Además de llegar antes, con Air China me salió más barato y la vuelta a Londres era desde Tokio, por eso me terminé de decidir con estas cosas a favor.
Ya con los vuelos confirmados, debía sacar las entradas para ver a River con las fechas que habían estipulado desde FIFA y el club, cosa que dependía exclusivamente de que tan bien funcionara internet. Otra cosa importante a sacar era el JR Pass, un pase multiuso que te permite viajar por todo el país en las líneas de tren y subterráneo JR, el Narita Express al aeropuerto y en la línea Shinkansen (tren bala), en mi caso lo saqué por una semana, que era el tiempo que iba a quedarme allí. También se puede sacar por 14 o 21 días y el canje del pase se hace directamente en Japón, yo lo hice en el aeropuerto Kansai de Osaka, al llegar.

Para estar conectados todo el tiempo, lo mejor es reservar un Pocket WiFi, hay muchos y a diferentes precios, el retiro también se puede hacer en el aeropuerto, pero al ser un dispositivo portátil hay que devolverlo antes de irse del país o en la fecha que ser reservó, sino lo siguen cobrando. Es muy útil para usar en grupos, como hicimos nosotros, ya que se pueden conectar varios al mismo tiempo y es más económico que sacar un chip para el celular, además se pueden conectar tablets, notebooks y hasta cámaras digitales.

Reservamos departamentos por Airbnb tanto en Osaka como en Tokio. En el primero éramos cuatro personas y en el segundo quedamos tres, aunque había lugar para uno más. Ya con todas las reservas hechas, pasajes comprados y todo arreglado, solo quedaba llegar al destino, cosa que no iba a ser tan agradable.
Después de despachar el equipaje y acompañar a mi novia a que vaya a abordar, fui para la terminal que me correspondía dentro del enorme aeropuerto de Heathrow. Mi idea no es hablar mal o recomendar ninguna aerolínea, por lo general elijo según el precio y otras por los beneficios de mis tarjetas. En el caso de Air China fue por el precio que decidí sacar el pasaje, pero no por esto significa que la experiencia pueda ser mejor o peor con ellos.
Desde el comienzo ya fue malo el viaje, los asientos se reclinaban muy poco, las opciones de comidas no eran muy llamativas y el entretenimiento a bordo era bastante malo. Más allá de las películas chinas por obvias razones, de las pocas que había en inglés tenían subtítulos en chino, algunas con el subtítulo en inglés, cosa que me permitió al menos ver algo, y al inspeccionar todo el catálogo encontré ¡una película argentina! subtitulada en chino, pero al menos me entretuve un rato.
La peor parte llegó en la escala, en Pekín/Beijing, era de solo una hora y veinte, por lo que debíamos hacer migraciones y pasar los controles muy rápido. Después de unos minutos llegué a migraciones, donde en un complicado inglés me dijeron que en Londres me cortaron mal el boarding pass, dejándome completo el de Londres-Pekín y me cortaron el del segundo tramo, por lo que no tenía el de Pekín-Osaka. Traté de explicarle que el avión salía en veinte minutos, pero igual insistió en que tenía que ir a los mostradores y pedirles un boarding pass nuevo. Me dieron un sticker con el logo de la aerolínea para pasar sin hacer fila nuevamente hasta migraciones.

Cuando llegué al mostrador, agitado por correr por toda esa zona, les expliqué lo que había pasado a las empleadas de la aerolínea que se quedaron unos segundos tratando de entender y una de ellas se puso a escribir a mano mi nuevo boarding pass muy rápidamente. Volví, mostré mi sticker y me dejaron pasar sin hacer fila. Crucé migraciones, pasé mi carry on por la máquina antes de ir a la puerta correspondiente de donde salía el avión. El aeropuerto era enorme, así que ni bien salí de la seguridad me di cuenta que estaba muy lejos de la puerta para abordar, así que me subí a uno de los carritos tipo de golf que te llevan por el aeropuerto, propina mediante, solo faltaba yo para abordar, así que ni bien llegué al micro que te lleva hasta el avión todos me miraron con ganas de matarme.
Apenas subí vi a Nico, lo había visto subir en Londres con un buzo de River, no lo conocía pero nos pusimos a hablar, hasta nos sentamos juntos en el avión, que no iba muy lleno y no hubo problemas para cambiarnos de asientos. Después del despegue pasó Fabián, otro hincha de River que nos vio y se quedó hablando con nosotros. Una vez que llegamos a Osaka las cosas no mejoraron, las valijas de Nico y las mías no habían llegado, por lo que hicimos el reclamo, cambiamos plata, activamos el JR Pass y nos fuimos al tren.

Mis valijas llegaron al hotel donde estaba Nico, porque como yo iba a un departamento de Airbnb, ninguno de nosotros iba a estar ahí cuando llevaran el equipaje a esa dirección, así que estuve dos días sin ropa para cambiarme, pero eso queda para la próxima entrada, de mis días en Osaka.